Con júbilo o tristeza, para los casi 500 millones de habitantes de Gran Bretaña hoy es un día histórico. Reino Unido pone fin a 47 años de tumultuosa relación con la Unión Europea (UE) y luego de casi cuatro años de negociaciones para concretar el brexit.
Comenzará una “aventura maravillosa una vez que termine ese maldito brexit”, había dicho el premier, Boris Johnson, en diciembre pasado. Pero tras concretarse la salida, Johnson no tendrá mucho tiempo para saborear el triunfo de un divorcio que sacudió la política británica hasta la médula y polarizó a la nación.
El 1 de febrero marcará el comienzo de una nueva fase de negociaciones entre Londres y Bruselas para acordar la forma de su futura relación.
Tienen hasta finales de 2020 para llegar a un acuerdo sobre comercio y otros temas como seguridad, energía, enlaces de transporte, derechos de pesca y flujo de datos.
Según Johnson, once meses son suficientes para lograr un acuerdo comercial de “aranceles cero, cuotas cero” y ha prometido no prorrogar el periodo de limbo más allá de 2020.
Si fracasan, la situación jurídica por defecto será un brexit sin acuerdo que podría resultar paralizante al hacer que el comercio entre Reino Unido y la UE se base, a partir de 2021, en los términos genéricos marcados por la Organización Mundial del Comercio, lo que supondría aranceles y controles de importación.
Stefaan De Rynck, asesor para el brexit de la UE, dijo esta semana que “sigue siendo una posibilidad clara” que el diálogo se acerque al borde del precipicio, ya que encontrar un terreno común para el 31 de diciembre será más difícil que acordar los términos del divorcio pactados en octubre.
Con el brexit en vigor quedan muchas cuestiones sin resolver, incluidas las futuras relaciones comerciales entre el Reino Unido y el bloque y las negociaciones de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.
La partida de Gran Bretaña golpea duro también a los británicos que se fueron de su país hace tiempo e iniciaron nuevas vidas en Europa continental.
En el mercado único “los ciudadanos europeos pueden vivir, trabajar, estudiar o hacer negocios con libertad” en cualquier otro Estado de la UE. El saldo migratorio neto anual de ciudadanos de la UE a Reino Unido alcanzó su punto más alto en el primer trimestre de 2015, con 219 000 llegadas, registró BBC. Desde el referendo por el brexit en 2016, la cifra cayó hasta los 48 000 a mediados de 2019.
Los británicos también se beneficiaron, la colonia más grande está en España, con unas 250 000 personas.
Los inmigrantes británicos y europeos tendrán libre circulación hasta el 31 de diciembre próximo, cuando termine el periodo de transición.
Testimonio
Carlos Adrián Zambrano, Glasgow: Brexit, miedo, incertidumbre y oportunidad
“Vivo en Escocia y gran parte de escoceses no quieren el brexit por la pérdida de beneficios. Los estudiantes latinoamericanos no nos afectaremos por la salida al estar bajo otro régimen de inmigración, pero los europeos están temerosos e indecisos sobre si regresar a sus países o el futuro de sus empleos. En muchas de las empresas, incluso en la que trabajo, el 60 % son extranjeros. Quienes han estado en el país cinco años continuos tendrán derecho a aplicar a una residencia, pero para quienes no las visas de trabajo regirán por puntajes. La palabra con la que podría describir la situación es incertidumbre y durará toda la transición. El lado positivo que puedo encontrar en el brexit es que dará igualdad de oportunidades a los no europeos y competiremos en los mismos términos”.
Análisis
Ecuador ‘no va a perder’ las preferencias arancelarias
El Reino Unido es un inversor importante en la región y tras el brexit, oportunidades comerciales y de inversiones se podrán presentar, dice Xavier Rosero, gerente técnico de la Federación Ecuatoriana de Exportadores.
Rosero añade que según análisis se piensa que Reino Unido puede llegar a tener una desaceleración de su economía y problemas en su demanda de productos a nivel internacional como resultado de la salida, pero el periodo de transición y los acuerdos mantenidos va a permitir a Latinoamérica y otros países mantener las condiciones de acceso que les permitan entrar libres del pago de arancel y sin trabas arancelarias.
Los primeros efectos del brexit se podrán cuantificar a inicios del siguiente año, cuando termine el período de implementación, pero la expectativa es que no traiga efectos negativos para Ecuador por los acuerdos vigentes. “No vamos a perder las preferencias arancelarias”. dice Rosero quien agrega que los productos de exportación ecuatorianos seguirán ingresando sin pagar aranceles y con tratamiento preferencial.
Explica que en el momento en el que termine la transición entrará en vigencia el acuerdo bilateral de comercio suscrito con Reino Unido, que permitirá mantener las mismas preferencias tanto arancelarias como no arancelarias que tenía el Ecuador antes del brexit. “Estamos completamente cubiertos”. agrega.
Así también dice que la meta más importante y desafío que enfrenta en este momento el sector privado ecuatoriano es mantener intactas las líneas de negocio y asegurar que se mantenga el aprovisionamiento normal del lado de sus exportaciones, que son productos de componentes agrícolas como el cacao, banano y camarón, con los compradores de Reino Unido y de la Unión Europea.
Para Rosero el entorno de previsibilidad puede asegurar la posibilidad a nuevas exportaciones y dice que se ha podido ver que más empresas se están conectando a partir de la firma del acuerdo con Reino Unido y que Ecuador está exportando más productos y esto podrá debería seguirse replicando mientras se mantengan el tratamiento preferencial, que ya está asegurado y seguirá intacto y mantendrá el flujo de comercio normal gracias a la gestión comercial que se ha realizado como país. (I)
FUENTE:DIARIO EL UNIVERSO (EC)