Seis reprogramaciones aplazaron la entrega final del sistema Metro de Quito; la obra inició en enero del 2013 .

El proceso de entrega de las 15 estaciones del Metro está en marcha. Las primeras paradas que recibirá el Municipio serán Iñaquito y Jipijapa, ambas ubicadas en el norte de la ciudad.

La recta final de la obra de infraestructura más grande de la ciudad se inició el pasado 31 de marzo. Andrea Flores, gerenta del Metro, indicó que así comenzó el proceso de entrega-recepción, y que se espera que concluya el 18 de octubre de este año.

Hay tres pasos que se seguirán para recibir las paradas. El primero es que el Consorcio Línea 1 del Metro solicite la recepción. El segundo tiene que ver con la elaboración de los informes,que deben ser aprobados por la Gerencia de la obra y la empresa fiscalizadora MAC.

El tercero es que la Empresa Metro inspeccione cada bien. Tras el criterio jurídico, cuantificación de bienes y extensión de garantías de buen funcionamiento, se firma el certificado de recepción.

La construcción arrancó en enero del 2013. Han pasado ocho años desde que se comenzó la edificación de esta obra, que ha sido ejecutada por tres administraciones municipales.

En un informe que presentó la empresa municipal ante el Concejo, se menciona que la fecha de terminación de las cocheras y talleres era el 23 de octubre del 2017; mientras que del resto de la obra debía ser dos años después (23 de octubre del 2019).

¿Por qué no se cumplió? Según el documento, han sucedido eventos por los que, “al amparo del contrato, el contratista ha tenido derecho a una prórroga del plazo de terminación”.

Los aplazamientos no son considerados como retrasos de obra. Al concederse estas prórrogas, la fecha de terminación de cada sección, que es la que determinaría un incumplimiento del plazo, se ha ido modificando. Así, las prórrogas otorgadas permiten que la firma contratista se mantenga dentro de los plazos. De lo contrario, el incumplimiento de alguna de las secciones o hitos acarrearía una penalización por demora.

Al respecto, la Empresa Pública señala que el contrato del Metro está basado en el modelo Fidic del Banco Mundial. “No se basa en el sistema de compras públicas nacional sino en un marco legal internacional, amparado en las políticas y normas de los organismos Multilaterales”, dice.

El Consorcio Línea 1 no ha sido multado por incumplimientos de ese tipo. Pero sí tiene multas por incurrir en inconformidades mayores. El contrato establece que pueden ser por no disponer del personal técnico, no contar con el equipo mínimo, no acatar las disposiciones que el ingeniero presente por escrito, entre otras. El Metro ha abierto 21 inconformidades que ya han sido cerradas. Hubo 20 días de incumplimiento, con un total de USD 615 213 por multas.

Hasta febrero pasado, Metro de Quito ha descontado a CL1 por concepto de multas USD 461 409,75, ­referidas a inconformidades mayores. Pero aún se encuentra pendiente una adicional, por USD 153 803,25, dispuesta por la Fiscalización.

Para no incumplir el plazo de la obra se han tramitado seis  reprogramaciones. Según Metro de Quito, tuvieron que ver con: incremento de volumen de tierra en la excavación, reajuste en diseños de Talleres y Cocheras, entrega de equipos, hidrocarburos en La Pradera, la pandemia y la certificación presupuestaria.

Roberto Custode, experto en movilidad, señaló que los constantes cambios en la entrega de la obra evidencian una descoordinación. Añadió que mientras más aplazamientos existan, más se retrasa el cambio en el modelo de transporte de Quito.

El Metro será la columna vertebral tras la reestructuración de las rutas y frecuencias. Dicho proceso está en marcha.

Según el secretario de Movilidad, Guillermo Abad, se prevé lanzar el concurso a mediados de mes. Si bien, el cronograma establece que el próximo 18 de octubre finaliza la entrega de la obra, Metro de Quito señala que se debe “tomar en cuenta que la emergencia sanitaria no ha terminado. Podrían ocurrir nuevos confinamientos o establecerse medidas restrictivas que imposibiliten o limiten las a­ctividades en la obra”.

FUENTE: EL COMERCIO (EC)

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