El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo este martes que está 100% listo para cerrar la frontera con México para frenar el flujo de migrantes, pese al impacto «potencialmente catastrófico» para la economía de Estados Unidos.
Si México no impide que los migrantes crucen por su territorio y si el Congreso no toma medidas «la frontera será cerrada, eso es 100% seguro», dijo el presidente estadounidense a periodistas.
El mandatario añadió que quizás se podrían cerrar algunas secciones y no todo el límite común de más de 3.000 kilómetros.
«Seguro, esto tendría un impacto negativo en la economía (…) pero la seguridad es más importante», indicó.
No obstante el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, aseguró este martes que el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, le ha dicho que su gobierno no tomará esa medida.
«Hasta el día de hoy (…) Pompeo y su equipo nos han dicho: no es esa la política que vamos a aplicar, cerrar puntos en la frontera», dijo en una rueda de prensa Ebrard, quien admitió que Washington ha reforzado sus controles fronterizos.
La amenaza de cerrar la frontera que movió un flujo comercial de 612.000 millones de dólares en 2018 le valió a Trump advertencias de su propio campo.
El líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, dijo a periodistas que concuerda con Trump en que hay una crisis en la frontera, pero advirtió sobre las consecuencias económicas.
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«Cerrar la frontera tendría un impacto potencialmente catastrófico para nuestro país y yo espero no haga nada del estilo», dijo.
La Cámara de Comercio estadounidense advirtió también que cerrarla sería una «debacle asegurada», ya que hay cinco millones de empleos que dependen del comercio con México.
El consejero económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, dijo de su lado que están trabajando en un plan para minimizar el impacto.
«La cuestión es si podemos lidiar con esto y no tener un perjuicio económico», planteó en una entrevista a la cadena CNBC.
«Para mí la respuesta es que sí podemos y hay gente estudiando distintas opciones,
particularmente si podemos dejar abiertos los carriles de carga», dijo.
«Todas las opciones están sobre la mesa»
Varios funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) indicaron que se están preparando para la posibilidad de un cierre en algunos puertos de entrada debido al despliegue de efectivos para frenar la inmigración irregular, en un momento en que las autoridades esperan que las detenciones de migrantes alcancen las 100.000 personas por mes.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, recortó un viaje a Europa para asistir a una reunión prevista el martes sobre la crisis en la frontera.
Un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional que pidió no ser identificado dijo a periodistas que todavía no se había tomado una decisión sobre el tema. «Ahora mismo todas las opciones están sobre la mesa», aseguró.
«El volumen de población vulnerable que está llegando es insostenible (…) La situación humanitaria no puede ser ignorada y la situación de seguridad no puede ser ignorada», dijo.
Trump dijo que los funcionarios mexicanos habían reaccionado en los últimos días a sus amenazas frenando las caravanas de migrantes, que huyen de la pobreza y de la violencia en los tres países del Triángulo Norte de América Central.
México «dio un gran paso en los últimos dos días», dijo, precisando que tendrían que seguir así para evitar un cierre fronterizo.
El presidente estadounidense también defendió su decisión de recortar «cientos de millones de dólares» en ayuda para Honduras, El Salvador y Guatemala, acusándolos de organizar las caravanas.
El portavoz del Departamento de Estado, Robert Palladino, precisó que las partidas recortadas suman 450 millones de dólares.
El lunes Nielsen ordenó una operación de emergencia en la zona reasignando a 750 efectivos a tramos de la frontera donde llegan los migrantes.
Muchos de estos funcionarios fueron sacados de puertos de entrada oficiales, lo que enlenteció el tráfico de personas y vehículos comerciales.
Hasta ocho horas de espera
En el punto de entrada a Estados Unidos de Brownsville, en Texas, los retrasos alcanzaban las tres horas por segundo día consecutivo y en otras zonas llegaban a dos.
Después de que la semana pasada la oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) de Estados Unidos denunciara «una crisis» sin precedentes, el paso entre Ciudad Júarez, en el estado mexicano de Chihuahua, y en El Paso, en Texas, está «colapsado», señaló Andrés Morales Arreola, director de Operaciones del Fideicomiso de los Puentes
Fronterizos de Chihuahua.
Gabriel Blanco, conductor de un camión de carga, dijo a la AFP que el tiempo promedio de espera hasta la semana pasada era de 30 a 45 minutos, pero que desde el fin de semana lo menos que ha tardado son cuatro horas, y en algunos casos hasta ocho.
Esto, «es perdida de tiempo, gasolina, para las empresas es mucho», explicó el conductor.
Para los vehículos de pasajeros, la espera se extendía hasta por cinco horas.
«Lo que quiere Trump es asustar al gobierno mexicano para que detenga a los migrantes, amenaza con cerrar la frontera, pero a Estados Unidos no le conviene», dijo Julián Sánchez, quien después de dos horas cruzó de Ciudad Juárez hasta El Paso.
FUENTE: DIARIO EL ESPECTADOR (CO)