[:es]Trump y Kim adelantan su llegada a Singapur[:]

[:es]Donald Trump y Kim Jong Un llegaron ayer a Singapur, dos días antes de una esperada cumbre, la primera en la historia entre un presidente de Estados Unidos en ejercicio y un dirigente norcoreano, tras décadas de desconfianza entre la superpotencia y el aislado país con armas nucleares.

El arsenal nuclear de Pionyang, que le ha valido varias tandas de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU y amenazas de acciones militares del Gobierno de Trump, será el eje central de la reunión, cuyo resultado se anuncia muy incierto.

El avión Air Force One del presidente estadounidense aterrizó poco antes de las 20:30 locales en Singapur, pocas horas después de la llegada de Kim.

El presidente, de 71 años, fue acogido al bajar del avión por el ministro de Exteriores de Singapur, Vivian Balakrishnan, que también recibió horas antes al líder norcoreano.

Consultado por un periodista sobre cómo se siente sobre la cumbre, dijo: “Muy bien”.

Por su lado, Kim arribó a bordo de un 747 de Air China que, según la página web de registro de vuelos Flightradar24, despegó de Pionyang por la mañana con destino a Pekín, antes de cambiar el número de vuelo una vez ya en el aire para dirigirse hacia el sur.

Kim apareció sonriente, e incluso relajado, en las raras imágenes transmitidas en directo, antes de entrevistarse con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, quien saludó la “decisión admirable y valiente” de organizar esta cumbre.

Ambos mandatarios se reunirán mañana en la isla turística de Sentosa para su cumbre, las primeras conversaciones entre líderes de Estados Unidos y Corea del Norte y la culminación de muchos desencuentros diplomáticos.

Desde Roma, el papa Francisco expresó su deseo de que las discusiones de mañana “abran la vía a la paz para la península coreana y para el mundo”.

La agencia de noticias estatal de Corea del Norte dijo que su líder, y el presidente de Estados Unidos, discutirán un “mecanismo de paz permanente y duradero” en la Península de Corea, la desnuclearización de la región y otros temas de interés mutuo.

La cumbre en Singapur es el clímax de una espectacular ofensiva diplomática reciente en torno a la Península de Corea, pero muchos críticos advierten sobre los riesgos de que sea un triunfo de la forma sobre el fondo.

Washington exige una desnuclearización completa, verificable e irreversible de Corea del Norte, pero hasta ahora Pionyang solo ha prometido públicamente un compromiso con la desnuclearización de la península, un término difícil de interpretar.

Trump insistió la semana pasada que la cumbre no iba a ser “solo una sesión de fotos”, afirmando que iba a ayudar a forjar una “buena relación” que pueda llevar a un “proceso”.

Pero antes de embarcar rumbo a Singapur cambió el tono y dijo que su encuentro con Kim Jong Un es “una ocasión única” y aseguró que “desde el primer minuto” sabría si se puede alcanzar un acuerdo.

También planteó la posibilidad de que Kim Jong Un visite Washington si todo sale bien en la presente cumbre.

Pero aunque el encuentro tiene un mérito en sí mismo, ya que era un largo anhelo de Pionyang al cual Trump accedió impulsivamente en marzo, también genera interrogantes.

Datos

-Comitivas

El líder norcoreano viajó con Kim Yong-chol, su mano derecha; el ministro de Exteriores, Ri Yong-ho; y su jefe de gabinete, Kim Chang-son. Mientras que a Trump le acompañan el secretario de Estado, Mike Pompeo; el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly; y su asesor de seguridad, John Bolton.

-Agenda libre

Ambos líderes tienen hoy casi todo un día libre. No hay detalles sobre su agenda más allá de la reunión prevista entre Trump y Lee, que abordarán los preparativos para la cumbre.

Cumbre del G7

EE .UU. arremete contra Canadá

Estados Unidos acusó ayer a Canadá de “traición” durante la cumbre del G7, que terminó en un fiasco tras el giro de Donald Trump contra sus aliados, a los que amenazó con nuevos gravámenes comerciales.

Francia denunció la “incoherencia” de Estados Unidos, mientras Alemania acusó a Trump de “destruir” la confianza de los aliados a punta de tuits.

El primer ministro de Canadá Justin Trudeau no contestó a Trump, quien lo tildó de “sumiso” y “deshonesto” pero su ministra de Comercio, Chrystia Freeland, censuró en la prensa los “ataques ad hominem” que no son ni “útiles” ni “productivos”.

Trump criticó desde Twitter a Trudeau por insistir en que los aranceles estadounidenses a los metales son “insultantes” para Canadá y confirmó que desde julio aplicará represalias comerciales contra su vecino.

Poco antes había alabado el consenso reflejado en el comunicado final, un texto que no resolvía el conflicto en curso pero que fue visto por todos como un paso para aliviar la tensión y avanzar en un diálogo

FUENTE DIARIO EXPRESO (EC)[:]

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